Cumplí mi promesa y lo primero que estrené ayer fue Star Fox Guard. Sentía curiosidad por el experimento robótico de Miyamoto y la verdad es que no me defraudó. Me parece un juego bastante interesante, en el que se han cuidado bastante los detalles. No es para jugar horas y horas, pero sí que puede servir para descansar de la nueva entrega de la saga principal.

Y es que Star Fox Zero será el protagonista de este fin de semana. Dejo por un momento mi carrera por el mundo indie para centrarme en lo último de Nintendo. Lo poco que pude probar ayer me gustó. No conseguí dominar el control por completo, pero sí que le he visto bastante potencial y creo que puedo llegar a controlarlo con soltura.

Poco más haré este fin de semana. No voy a marcarme metas como las de otras semanas porque mañana es El Día del Libro y toca meterse de lleno en mis librerías de cabecera para hacerme con un buen puñado de libros y tomos que llevan meses en la lista de pendientes. Mi idea es comprar el segundo volumen del Masacre de Kelly, la edición Deluxe de Hijo Rojo y luego ya se verá.

Conseguí terminar Elric de Melniboné (invitado estrella del Celsius 232 del próximo julio) en literatura y Death Note en manga. Al libro ya le encontré sustituto con Danza de Dragones (ya va siendo hora de ponerme al día con la serie en papel y en TV), pero no sé con qué ponerme en el mundo del cómic. Después de Tierra de Nadie y Death Note, supongo que tocará algo de cómic europeo.

Y hasta ahí, que ya es bastante.