Publicado por: ASTURmatr
14 de abril de 2016
Un 14 de abril de 2001 salía a la venta en Japón Animal Crossing para Nintendo 64. Se trataba de un juego muy especial, de aquellas rarezas que por entonces sólo se comercializaban en Japón. A nosotros nos sonaba como si nos estuviesen hablando de costumbres de alienígenas paleolíticos.
Pero algo estaba cambiando en el ambiente. Por un lado internet empezaba a convertir el mercado en algo global y los usuarios clásicos, que ya iban echándose años a la espalda, empezaban a demandar cosas nuevas. Así que Animal Crossing se convirtió en una especie de bandera, como un símbolo de todo aquello que se quedaba en Japón y a lo que no nos dejaban meterle mano. Este sentimiento se engrandeció con la salida de ese mismo Animal Crossing en GameCube, llegando a territorio americano y australiano.
Casi se convirtió en un clamor popular la demanda a NOE del juego en nuestras tierras, pero hasta entonces no se habían hecho nunca localizaciones de este tipo. Un juego como Animal Crossing requería de una adaptación sin precedentes, adaptando estilos y fiestas a los diferentes países europeos. Afortunadamente Nintendo Europa se estaba expandiendo en ese sentido y localizaciones como las de Paper Mario y la Puerta Milenaria lo demuestraban. Finalmente, tras muchos años, Animal Crossing desembarcaba en GameCube en Europa en sus últimos años de vida.
Yo por aquel entonces ya le había dedicado innumerables horas a la versión australiana del juego que siempre guardaré en el recuerdo por ser, no sólo mi primera compra por internet, sino mi primera compra de un producto de importación. Más tarde vendrían Donkey Konga y muchos otros productos. A pesar de todo ello, no dudé en hacerme con una versión en castellano y empezar una nueva vida.
Luego vino Nintendo DS, donde Wild World demostró que la saga había nacido para ser portátil y llevar tu doble vida allí donde estuvieras. Animal Crossing vino a cambiar nuestros hábitos como jugadores, acostumbrándonos a jugar a las horas que la máquina decía, asistir a eventos virtuales y a crear una comunidad en la que era muy importante participar. El máximo exponente de los trueques llegó con Let's Go To The City en Wii, donde tuve una enorme y agradecida comunidad de gente con la que interactuar a diario. Guardo muy buen recuerdo de aquellas noches de estudiante universitario acompañado de Vikutoru y Turok64 entre tantos otros. La saga se renovó casi por completo con New Leaf en Nintendo 3DS, pero parecía que lo que ganaba al ser portátil, lo perdía en comunicación.
No todo han sido luces en estos 15 años de saga. Ha ido perdiendo incontables elementos como las búsquedas de objetos perdidos o los préstamos entre vecinos y los recados. La saga se ha ido endulzando hasta niveles despreciables, impidiendo que los vecinos se enfaden para no hacer sentir mal a los jugadores más jóvenes. Es una saga que ha involucionado mucho en temas que deberían haberse ampliado y no recortado.
No obstante... ¿quién no tiene ganas de una nueva entrega?
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