Durante este puente la sobremesa está servida y más que colapsada con la llegada de Xenoblade Chronicles X. Este juego de rol japonés largamente esperado por los jugadores occidentales por fin ha desembarcado en Europa. Aunque llevo con él desde el miércoles sólo he podido jugar un poco, lo justito para callejear un poco por las calles de New Los Ángeles. El juego, al igual que su excepcional predecesor, apunta a que va a ser larguísimo. Ni siquiera sé si podré terminarlo a lo largo de las vacaciones de Navidad. Pero las partidas estos cuatro días van a ser apoteósicas.

No corre la misma suerte la portátil. Por culpa de ese hermano mayor no me haré todavía con Mario & Luigi Paper Jam. No tardaré mucho porque no quiero quedarme sin él como me ocurrió en el pasado con Compañeros en el Tiempo, pero de momento se queda en la lista de juegos pendientes.

A lo que sí jugaré es al nuevo free to play, Pokémon Picross. Me encanta el Picross y cada vez que puedo le echo un par de partidas al Mario Super Picross de la Colsola Virtual. Así que esta versión de Pokémon no iba a ser una excepción. Algún día comentaré cómo funciona el tema de micropagos y si es factible jugarlo de forma gratuita.

De forma esporádica jugaré algo a Super Mario Maker y a la Máscara de los Prodigios (no, aún no lo he acabado, pero falta poco), pero Xenoblade Chronicles X cargará con todo el peso.

Happy gaming.